Un momento determinante cuando operamos los mercados llega al decidir cuándo salir de la posición. Pese a lo que pueda parecer, se trata de una decisión muy compleja en la que tiene mucha influencia nuestra psicología.
Tenemos dos formas distintas de operar, con gestión activa o gestión pasiva.
Una vez entramos en una operación, una gestión activa significa que somos nosotros quienes cerramos la posición en función de lo que vemos en el mercado.
Por el contrario, una gestión pasiva nos indica que colocamos nuestro stop y nuestro profit en una zona relevante y dejamos correr el precio hasta que lo alcance, produciéndose una salida automática del mercado.
Con una gestión activa, tenemos que estar muy pendientes de la evolución del mercado y buscar patrones que contradigan nuestras entradas para salir de la posición.
Si hacemos una gestión activa, un error habitual suele ser decidir salir de una posición al llevar X puntos o pips a nuestro favor que consideramos adecuados. Es un tema totalmente subjetivo, y en una gestión activa debemos buscar razones técnicas para salir del mercado . Sin duda, es un tipo de gestión muy rentable para traders más expertos y con una amplia visión del mercado, pero no es apta para todos los traders, sobre todo si no saben controlar sus emociones.
Si optas por la gestión pasiva, lo único que debes hacer es fijar el stop y el profit y dejar que el precio corra.
¿Qué tipo de gestión es mejor para mi trading?
Para responder a esa pregunta solo hay una respuesta posible, y esa te la dará la estadística. Es importante que registres cada operación y establezcas cuántos puntos o pips obtienes con una gestión activa y cuántos obtienes con una gestión pasiva con diferentes ratios, por ejemplo 1:1 o 1:2
Cuando tengamos los datos de varios meses, podremos identificar bajo qué tipo de gestión somos más rentables y poder empezar a trabajar en ese sentido.
RETO DÍA 11: